Hay muchos fraudes y engaños en el tema de los tomates. Hemos llegado a un punto que ya nada te asegura que un tomate va a ser bueno. Pagas casi 5€/kilo pensando que vas a llevarte a casa un tomate, como aquellos de huerta que comiamos hace años. Esos tomates que eran manjares de dioses, con una sola pizca de sal te los comias a bocados.

Vete y busca y eso que en mi ciudad tenemos mercados con baserritarras que cuidan con mimo su producto, lo cultivan y bajan a vendernoslo a los mercados. Seguramente será de los pocos tomates fiables que podemos comprar. Que desconfianza mas grande esos tomates perfectos de los supermercados, todos iguales, como pequeños clones. En el caso del tomate lo imperfecto es bello, los mejores son eso feos, abultados y diferentes. Apadrina un tomate feo seguro que no te arrepientes.

¿Qué esta pasando con la comida? El pan, los tomates, sandias sin pepitas, pimientos que no huelen ni saben, fresas insípidas, naranjas secas sin zumo y asi podría seguir con un sinfín de fraudes alimentarios que tenemos que sufrir los consumidores. Las sandias fashion las llaman a estos productos manipulados sin pepitas. No encunetras las pepitas ni el sabor, ahí está el asunto. ¿Os acordais de aquellos pimientos verdes que olian? De vez en cuando me regalan pimientos de huerta y te das cuenta que los del supermercado son cosas verdes con forma de pimiento pero no son pimientos.

¿De verdad que es necesario manipular geneticamente una verdura o fruta para conseguir que dure mas, que no tenga pepitas o vete a saber tu que mas cosas? ¿Qué estamos comiendo? ¿Alguine lo sabe?

¿Os acordais cuando el pan te lo podías comer al día sigueinte? Ahora la mayoría de ellos no te lo puedes comer ni a las horas de comprarlo. Pagamos mas de un euro por un pan congelado, recién horneado, pero congelado. Estamos perdiendo el norte, pero todavía estamos a tiempo de coger las riendas y tener claro lo que queremos. Vamos a ser listos y a exigir lo que merecemos por el precio que estamos pagando.

Estas son también esas cosas que me indignan. Jugamos con nuestra salud, comemos a ciegas, nos fiamos, bueno, nos tenemos que fiar a menos que tengamos la suerte de poder tener nuestro propio huerto. A lo máximo que llego es a tener en mi balcón unas cuantas macetas con albahaca, perejil, cebollino…esas cosas que si puedo tener facilmente.

A veces pienso en las enfermedades que acaban con nosotros o que nos joden la vida. No se si será por que hoy en día se le ponen nombre a las cosas pero me da la sensación de que estamos haciendo mal muchas cosas y que nuestro entorno contaminado y los alimentos manipulados tienen mucha culpa en todo este tema.También hay que decir que seguramente llevamos una vida de extres poco saludable pero todo suma.

Vivimos en un mundo de engaño en el que lo que vemos no es real. Todos esos carteles en alimentos envasados que nos anuncian aceite de oliva, oligoelementos, vitaminas, bifidus… En su gran mayoría son un engaño. Por no hablar de los productos bajos en calorías. Donuts, leche condensada… ¿Alguien de verdad se puede creer que dentro de un régimen de adelgazamiento podrían entrar este tipo de alimentos? Muchas veces vivimos engañados porque queremos vivir sin ver le realidad, nos pasa con esto y con cosas mucho mas importantes.

Todavía me acuerdo una charla que nos dió una médico nutricionista hace un tiempo. Llegué a varias conclusiones.

1. No tenemos ni idea de lo que comemos.
2. Si hacemos caso, a esta mujer en concreto, necesitamos 5 horas para hacer la compra y unas buenas gafas de leer de cerca
3. No nos podemos fiar de nada.

Y lo que mas miedo me da es lo que les damos de comer a nuestros pequeños. Todos esos bollos indrustiales, leches de vacas hormonadas, carnes y pescados con conservantes y un sin fin de productos que se nos escapan de nuestros conocimientos, por eso digo que comemos a ciegas. Entiendo que hay un control de ellos pero ¿y lo que no llegamos a controlar? ¿o lo que todavía no sabemos como va a influir en nosotros como pasa con los productos transgenicos?

Estas también son cosas que me indignan.

Categorías:Mis historias

Etiquetas:pan, pimientos, sandia, tomates